top of page

Chifri nos mostró con su ejemplo que la mayor felicidad para los niños era sorprenderlos con una visita, compartir con ellos un momento de alegría y entregarles algunos juguetes y golosinas. Verlo llegar a Chifri era la mayor y más linda sorpresa que ellos podían recibir.

 

Los niños se asoman cuando observan a la distancia la polvareda de algún vehículo que se aproxima, ellos curiosos tratan de ver quiénes son los visitantes. Muy tímidamente se acercan y al ver bajar los juguetes una sonrisa se dibuja en sus caritas, quedando tan sorprendidos que apenas si pueden decir hola. Después de unos breves instantes, entran en confianza y abren los paquetes, algunos comen las golosinas otros se ponen a jugar con alguna pelota. Los padres dan la bienvenida y se muestran agradecidos al ver la felicidad de sus pequeños.

 

Debido a los tiempos que corren, y a nuestro deseo de resguardar a los amigos de los cerros, pero con el afán de regalarles una sonrisa, se hizo posible que reciban regalos los niños en su día, un paquetito con su nombre que contenía ropa, juguetes y golosinas.

 

Todo esto se logra gracias al espíritu generoso de una gran cantidad de personas, que en cada oportunidad se suman a la cruzada solidaria de hacer feliz a un niño, donando ropa, zapatillas, juguetes y golosinas. Se preparan bolsas y cartelitos con los nombres y muchas otras tareas que son imposibles enumerar.

 

Como decía Chifri “Ellos vivieron un día de cielo” y continuando con su mensaje, seguimos unidos con el anhelo de hacer el bien.

 

MUCHAS GRACIAS A TODOS

003 chhh.jpg
bottom of page