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La Fundación Alfarcito salió a recorrer los cerros de la Quebrada del Toro para entregar juguetes y golosinas a los niños y sorprenderlos con la visita tan especial de los Reyes Magos.

Siguiendo con la tradición iniciada por el Padre Chifri para el día de Reyes, el domingo 5 de enero, miembros de la Fundación Alfarcito, amigos y voluntarios conformaron una caravana para acompañar a los Reyes Magos y sorprender a los niños en sus hogares.

Los días previos no eran alentadores por las intensas lluvias, pero el domingo amaneció con sol y en los cerros el clima era agradable, se podían observar algunos rastros de las tormentas, pero no impidió la llegada de la caravana.

 

Los miembros de la Fundación, decidieron visitar a las familias que viven en los lugares más alejados y perdidos de los cerros, que por las dificultades de los caminos y del terreno pocas personas vienen a saludarlos.

 

Al llegar las camionetas los niños se asomaban sorprendidos por tantos movimientos y al ver bajar a los Reyes la sorpresa era mayor, a algunos se les dibujaba una sonrisa hermosa, qué decir cuando recibían los regalos, era mezcla de sorpresa y de alegría, los niños se abrazaban a los reyes al borde de las lágrimas de agradecimiento.

Las reacciones eran de las más diversas, esconderse por timidez, salir a ver los trajes o jugar con sus regalos, a sus padres se les notaba un rostro de felicidad al ver la alegría de sus hijos.

 

También entregaron en cada hogar una bolsa con alimentos, que fueron donados por los amigos que compartieron la fiesta de los 20 años de la obra del Padre Chifri. Los días previos un grupo de jóvenes voluntarias los seleccionó, separó y armó las bolsas que dejaron para cada familia.

 

Al retirarse la postal era la misma, los más grandes saludando con su mano en alto y los pequeños corriendo detrás de la caravana.

 

Chifri buscaba la igualdad de oportunidades y evitar el desarraigo. Por eso, acercar una alegría citadina a donde solo vive el viento con pocas y sacrificadas familias es el desafío de quienes tienen en sus manos la herencia Chifri.

 

Algunos caminos estaban cortados y no pudieron llegar, pero visitaron numerosas familias de Puesto Grande, interrumpiendo las actividades de los hogares, en cada casa salieron a recibirlos y agradecerles la visita.

 

Mientras se desplazaban de una casa a otra, se detenían al ver alguna pastora con sus hijos en medio de la inmensidad de la puna, debían cuidar sus animales hasta avanzada la tarde y luego recorrer varios kilómetros, para llegar antes que oscureciera. Ellos también tuvieron sus regalos de reyes y pudieron abrazarse emocionados a los visitantes.

 

El clima los acompañó, pero la madre naturaleza les advertía que debían volver, ya los cerros se iban cubriendo con nubes muy cargadas; además, el camino les impedía continuar a otros parajes.

 

En Ingeniero Maury, Mariela Cachambe convocó a los niños de la localidad, quienes esperaban ansiosos la llegada de la visita tan especial. Al ingresar los Reyes Magos, en las caritas se mostraba la sorpresa y alegría de verlos.

 

Compartieron con ellos juegos, entregaron los regalos y disfrutaron ese momento tan especial. Continuaron su trayecto hasta el Alisal, donde el amigo “El Chaqueño” los recibió con los niños del lugar, compartieron un momento de oración en la capilla y luego les mostró un hermoso pesebre armado con su familia.

 

Todos regresaron felices y muy agradecidos por el cariño recibido, sembrado por el Padre Chifri, quién se empeñó en mantener viva su ilusión y dibujarles una sonrisa a grandes y chicos.

 

Este recorrido se pudo realizar gracias a las donaciones recibidas de gente de Salta y de otras provincias, de ropa, juguetes, golosinas y otros elementos, que siempre nos ayudan para continuar la obra de nuestro Querido Chifri.

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